Mi nombre es Beatriz, soy psicóloga sanitaria de vocación y profesión.
Siempre me llamó la atención el hecho de poder ahondar en las emociones de la gente y sentía que ante diferentes circunstancias, vibraba con las cosas que pasaban en mi entorno impulsándome a ayudar, aunque fuese desde el simple acompañamiento, desde el silencio.
Finalizando la carrera, me formé en psicooncología, tras realizar las prácticas en la Unidad de Cuidados Paliativos de la Fundación Alcorcón, descubrí la importancia del cuidado de fin de vida. Lo importante que es cerrar ciclos y saber acompañar y crear un ambiente digno, integrador y ¿por qué no? lleno de amor.
Lo cierto es que comencé trabajando con niños entre 3 y 6 años con diagnostico de TDAH ( trastorno por déficit de atención e hiperactividad) y del espectro autista, pues era un ámbito que también me fascinaba. Descubrí y aprendí diferentes técnicas para poder acercarme más a ellos y poder crear rutinas diarias para facilitar su día a día. Crear conexiones relacionales que dotaban de armonía al ambiente familiar.
Por circunstancias la vida dio un giro y comencé a trabajar en el mundo de la tercera edad, donde descubrí seres sabios por naturaleza, aprendí a escuchar y comprender el lenguaje en las enfermedades neurodegenerativas. Darles valor y escuchar era mi misión. Y decir que de ellos, aprendí los grandes valores de la vida (lo simple es lo grande).
A lo largo de mi camino siempre tengo presente una frase de Pilar Arranz, psicooncóloga, “Bailar al ritmo del paciente”. No era lo que yo quería abordar sino lo que la persona necesitaba, quería, o estaba preparada.
Tiempo después fui adentrándome en la parte más interna del ser humano, desde esa parte más esencial.
Aprender a estar con uno mismo y desde ahí recobrar las propias virtudes y capacidades, ser consciente de tus fortalezas y de la capacidad que tienes de mejorar interiormente, para así poder afrontar las situaciones que vas encontrándote por el camino.
A día de hoy acompaño a personas que quieran reencontrarse consigo mismas, recogiendo todo su potencial y dándose cuenta que son capaces de sentirse bien, estables y libres.
Creando un espacio de apertura y autoconocimiento, dejando fluir tus propias necesidades y brindando apoyo en todas las áreas de tu vida.
Observando tu línea de vida, tus estructuras, experiencias y fortalezas.
Aprender abrazar tus partes rotas para la reconstrucción del ser.
Asimismo, acompaño a personas con demencia trabajando estimulación cognitiva, emocional y sensorial y también a personas en cuidado de fin de vida y a sus familiares para aprender a sobrellevar esta situación actual y vivirla unidos desde un proceso de aprendizaje y reconciliación con la propia vida.
FORMACION ACADEMICA
EXPERIENCIA
FORMACION COMPLEMENTARIA